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Siempre cuidando de lo nuestro, cada día nos esforzamos por ofrecer a nuestros clientes lo mejor de la tierra. Por eso, en cada paso que damos nos preocupamos por elaborar una sidra de calidad y además, impulsar la expansión de la producción de sidra de nuestra tierra. 

En Grupo Trabanco contamos con plantaciones de manzanos de sidra en diferentes concejos como Mieres, Langreo, Siero y Gijón, principalmente en Lavandera y las parroquias limítrofes. En total, más de 50 hectáreas de manzanos entre pomaradas de nueva plantacion y pomaradas tradicionales “a pleno viento” que aporta la familia Trabanco. En todas ellas crecen variedades autóctonas, muchas de esas variedades  han sido recuperadas y mantenidas en el tiempo, para preservarlas y que no desaparezcan.

Un trabajo que pone de manifiesto nuestro interés por conseguir esa riqueza varietal y esas manzanas que aportan un gran valor a nuestra sidra, pero tambien al campo y entorno de Lavandera. Un compromiso que nos permite apostar por la producción de calidad sin olvidarnos nunca de nuestros valores que nos unen a la tradición y la apuesta por nuestra tierra.

Es el caso de las variedades Durón encarnao o Lin, de gran tradición en nuestra zona pero que cada vez se plantaban menos. O el caso de la variedad local Martina que había sido practicamente olvidada y tras años de estudio, y el cuidado de los plantones que, más tarde darían paso a los pequeños pomares, pudimos recuperarla y tener una produccion muy interesante con excelentes resultados. Ahora crece en nuestra finca familiar La Paraya en Lavandera, donde tantas cosechas ha vivido la familia Trabanco con ya casi 100 años de historia a sus espaldas.

A todo ello se unen los acuerdos con cosecheros y vecinos de la zona, que no solo nos permite aumentar la producción, sino también cuidar a los nuestros apostando por la sostenibilidad y la economía circular. Así nuestros vecinos y cosecheros también son una parte fundamental de nuestra casa. 

Ser de pueblo es al fin y al cabo tejer una red de colaboración en la que unos y otros nos nutrimos y ayudamos, como lo hicieron siempre nuestros abuelos, logrando mantener una forma de vida que cuenta con siglos de historia y que implica unos valores sobre los que nos sustentamos. 

Ellos recogen la manzana por la mañana y nos la acercan con los tractores por la tarde ya estar en el llagar. Como también recogen la magaya que obtenemos tras el prensado de las manzanas, convirtiéndose en un alimento perfecto para el ganado de sus respetivas caserias.

Para nosotros no solo es importante la variedad de manzana que usamos (que, por supuesto, es muy importante), pero también cuidamos que nuestras manzanas sean próximas a nuestro llagar. Esto hace que podamos contar con esa frescura que tiene la fruta que ha sido recogida hace pocas horas. Así llega a nuestro llagar en unas condiciones excepcionales que marca la diferencia.

Una colaboración continua y circular, en la que también les aportamos ofreciéndoles nuestros conocimientos en el campo y las pomaradas. Para ello replantamos pomaradas enteras para hacerlas de nuevo más productivas, realizamos podas para evitar la vecería, aconsejamos también sobre la maduración correcta y los tiempos de recogida, así como ofrecemos plantones con los que seguir llenando de pomares el verde valle de Lavandera.

Y no podríamos presumir como lo hacemos de ser de pueblo, si no fuéramos conscientes y estuviéramos comprometidos con la naturaleza que nos rodea.

El día a día de la aldea y del campo es de por si lo más sostenible que existe, pero además realizamos iniciativas que ayudan a la biodiversidad del valle.

Formando parte de la marca internacional Biosphere en el compromiso con el turismo sostenible y en nuestras plantaciones y desde hace 5 años, desarrollando actividades bajo un plan de ayudas en el marco de la PAC, que nos permite mejorar la gestión y la sostenibilidad de nuestras plantaciones favoreciendo el cuidado de la fauna y flora autóctona.

Así en nuestras pomaradas del pueblo hemos colocado cajas nido y comederos para acoger a pájaros que se coman los pulgones. Además, hemos instalado perchas en lugares elevados para aves rapaces y nocturnas que mantienen a raya los ratones. Gracias a ellas conseguimos un equilibrio natural en la fauna que también repercute a los cuidados de las pomaradas.

En Trabanco somos de pueblo y nos sentimos orgullosos de ello. Son nuestras raíces y así lo defendemos día a día, apostando por una tradición única en nuestra tierra. Amamos nuestra sidra cuidándola desde la semilla de los manzanos hasta que  el culin haga buen vaso.

Cuidar todo el proceso nos permite ofrecer una sidra de máxima calidad y también cuidar de lo nuestro y de los nuestros, comprometidos con lo que nos enseñaron quienes nos dejaron la enorme responsabilidad de llevar su apellido y marca por Asturias y el mundo.